En 2009, 261 puestos en los cielos abiertos de Laciana
LA CRÓNICA DE LEÓN, 27/9/2009
Laciana dice adiós a mil empleos en una década
La plantilla de CMC será a finales de este año de 261
“Mientras se buscan otras alternativas al carbón, el futuro de Laciana sigue siendo tan negro como el color del mineral que ha sido el sustento de la zona desde hace casi un siglo. Un futuro negro que contrasta con el verde de sus montañas.”
L.de la Villa / Villablino
Un total de 675 personas trabajan en las distintas empresas mineras que desarrollan su actividad en la comarca de Laciana: Coto Minero Cantábrico (CMC), Hijos de Baldomero García, Uminsa, Enermisa, Carbocal y cielos abiertos. Las explotaciones mineras a cielo abierto cuentan con 238 trabajadores. A ello se suman los 104 mineros que residen en Laciana que trabajan en CMC pero en la explotación ubicada en la vecina localidad asturiana de Cerredo.
Coto Minero Cantábrico nació el pasado 1 de noviembre de la fusión de Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP) y de Hullas del Coto Cortés (HCC), ésta última ubicada en Cerredo (Asturias).
A tenor de esas cifras parece que la minería aún juega un papel importante en la economía de Laciana pero lo cierto es que, en la última década sólo en Minero Siderúrgica de Ponferrada, MSP, se han perdido 8 de cada 10 empleos.
En el año 2000, la MSP tenía 1.332 trabajadores y a 31 de diciembre de este año, la plantilla será de 261 trabajadores, de ellos 109 trabajarán en el interior. 1.071 mineros menos en sólo una década o, lo que es lo mismo, 1.071 prejubilados más.
De hecho, los prejubilados y jubilados tienen un papel importante en el mantenimiento del sector servicios. Sector, que según datos del Ministerio de Trabajo e Inmigración, de diciembre de 2007, contaba con 1.191 trabajadores en la comarca.
Por ello, si bien la minería sigue teniendo su peso en la comarca, quizá ya no sea el ‘único’ motor que tira de la economía de Laciana. Otra cifra, la plantilla del Ayuntamiento de Villablino es de 150 personas.
Esa pérdida de trabajadores en la minería del carbón (sólo este año en las explotaciones de CMC en Laciana se prejubilarán 53 trabajadores), unido a la falta de alternativas económicas se ha traducido en una sangría poblacional.
En 1998 la comarca de Laciana tenía 14. 956 habitantes y una década después, a 1 de enero de 2008, la población era de 10.860 habitantes. Un goteo constante de pérdida de habitantes que se nota, en el día a día. Un ejemplo, con el inicio del curso escolar más de un estudiante ha echado en falta a algún compañero de pupitre o de juegos.
A las familias con hijos en edad escolar que dejan la comarca, se une los jóvenes que tienen que irse de Laciana por falta de alternativas laborales.
Esto pone de relieve que no se están cumpliendo los objetivos del Plan del Carbón que está diseñado para la reordenación del sector minero y la búsqueda de alternativas al monocultivo del carbón.
Pero, a día de hoy, cuando ya se está desarrollando un segundo plan que tiene vigencia hasta el año 2012, los lacianiegos siguen esperando la ansiada y tan necesaria reindustrialización.
Frente a los 1.000 empleos que se han perdido en los últimos diez años en la minería, sólo se han creado medio centenar de empleos en el polígono industrial de Laciana. Al margen de los empleos que se han creado con la entrada en funcionamiento de las 60 plazas residenciales y las 20 camas sanitarias del centro sociosanitario Valle de Laciana.
Una creación de empleo que está lejos de poder absorber la demanda que existe. Aunque son muchos los jóvenes que han optado por irse a fuera de Laciana en busca de un trabajo, los parados inscritos en la oficina del Ecyl de Villablino eran 733.
Mientras se buscan otras alternativas al carbón, el futuro de Laciana sigue siendo tan negro como el color del mineral que ha sido el sustento de la zona desde hace casi un siglo. Un futuro negro que contrasta con el verde de sus montañas.
Quizá en la puesta en valor de la riqueza medioambiental, de los recursos naturales de la comarca podría estar, una de las claves, para el futuro. Aunque un siglo de minería ha dejado sus cicatrices en el paisaje (escombreras o cielos abiertos), la comarca atesora un gran valor ambiental que ha conllevado que, desde 2003, sea Reserva de la Biosfera. En esa línea, la alcaldesa de Villablino, Ana Luisa Durán, señaló, en su día, que es necesario “apostar por el formación en todo lo que tiene que ver con el turismo y los servicios sociales, en mi opinión los principales yacimientos de empleo para un futuro próximo.”