“Esto ha sido solo el principio”

LA INFORMACIÓN

El movimiento 15-M abandona la montaña pero advierte: “Esto ha sido sólo el principio”

Durante diez días entre 150 y 200 jóvenes han estado acampados en el valle leonés de Laciana para denunciar el daño medioambiental y social que suponen las minas a cielo abierto que se encuentran en la zona. Su presencia ha molestado a varios vecinos y sindicatos mineros que han visto en su acción una amenaza a la economía de su comarca.

No eran bienvenidos. Les quedó claro al día siguiente de que se instalaran en el valle de Laciana, cuando vieron como los vecinos de la zona se unían en una marcha bajo el lema “Indignados con los indignados”. La actuación de la Guardia Civil evitó que el encuentro entre habitantes y acampados fuese a mayores. A lo largo de estos diez días han tenido que aguantar más de un insulto pero los integrantes del movimiento 15-M aseguran que el balance de esta acción es “totalmente positivo”.

“Los objetivos concretos de la acampada se han cumplido”, explican a lainformacion.com. “La polémica creada en la zona es parte de estas metas, ya que los lacianiegos están hablando de la problemática que les afecta y esto es necesario para crear una conciencia de voluntad  de cambio”.

¿Qué denunciaban?

“Elegimos Laciana porque es una zona con una paraje natural de valor incalculable que está siendo destruida por las minas a cielo abierto” afirman y continúan “la población de la zona vive engañada y oprimida por un empresario corrupto, Victorino Alonso, máximo beneficiario de la subvenciones millonarias estatales al carbón”.

La protesta de los ‘indignados’ no ha sido la única que ha puesto en el punto de mira en este valle leonés. El pasado junio, la abogada general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, Juliane Kokott señaló que España incurría en ciertos incumplimientos de la directiva comunitaria sobre hábitat como consecuencia de la explotación de minas a cielo abierto en el valle de Laciana.

Anteriormente, en junio de 2009 la Comisión había denunciado a España ante la Corte con sede en Luxemburgo, al considerar que las autoridades españolas no realizaron una evaluación adecuada del impacto ambiental de las minas de carbón a cielo abierto en las inmediaciones del municipio de Villablino, perteneciente a la red de espacios protegidos Natura 2000 y que albergaban especies en peligro.

Aparte de la denuncian medioambiental, el colectivo 15-M acampó en el valle para denunciar el problema social que se avecina con la desaparición de las minas. “Elegimos también Laciana porque tras la finalización del plan de subvenciones al carbón en 2018 y si no se invierte en verdaderas alternativas para la zona, los lacianiegos perderán su principal actividad económica, los mineros perderán su empleo, la zona quedará despoblada y abandonada por los empreasrios y políticos”

La otra cara

Las buenas intenciones de los indignados chocaron de lleno con los vecinos y los trabajadores del valle. Desde su llegada vieron en los acampados una amenaza a su principal fuente de riqueza y empleo: la minería.

Antes incluso de que acampasen, los sindicatos mineros de Laciana definían la iniciativa como una manera de “evidenciar una imagen negativa de la extracción del carbón enfatizando únicamente los daños que causan al entorno medioambiental de la zona, sin tener en cuenta aspectos socioeconómicos ligados desde hace décadas al valle como principal sustento de su economía”.

Asimismo, la Asociación de Mineros de Fabero destacaba que era necesario apoyar el empleo que genera la minería, incluida la de cielo abierto. El presidente de la asociación, Domingo Díaz, aseguraba que “tal como está la situación del empleo es muy complicado hacer ahora una manifestación en contra de la minería”.

El punto álgido de la confrontación se produjo el sábado 27 de agosto cuando los mineros y vecinos de la zona salieron a la calle para denunciar la presencia del movimiento 15-M en la zona. “No estáis indignados, estáis desinformados”, aseguraban. Tras varios momentos de tensión, la presencia de la Guardia Civil impidió que los enfrentamientos verbales fueran a más.

“El contacto con los mineros ha sido bastante variopinto” afirman desde comunicación. “Los sindicatos les manipulaban para que creyesen que habíamos ido a quitarles el trabajo y las subvenciones” afirman.

Aún así, aseguran estar satisfechos con los conseguido: “desde el primer día que se inció la acción, hemos recibido la visita de muchos mineros, algunos de ellos presentes también en la manifestación, con ganas de dialogar, y con los que tras un rato de intercambio de opiniones sacamos muchos puntos en común y opiniones parecidas”.

Electricidad con una bicicleta

Ayer los ‘indignados’ levantaron su campamento. Han sido diez días de debates, charlas, asambleas, itinerarios por el campo… Entre 150 y 200 personas procedentes de toda la geografía española y extranjera (había latinoamericanos e ingleses) se levantaban todos los días a toque de gaita con el fin de informar y reflexionar sobre el problema de Laciana. La jornada se cerraba con una película o documental que se veía gracias a la electricidad generada por una bicicleta.

Y es que, si algo caracterizaba a esta acampada era el respeto al medio ambiente ya que todo su consumo ha sido de productos ecológicos de la zona.La infraestructura del campamento se completaba con duchas, baños y cocina, y se hablitaron también unos grandes bidones para depositar vidrio, el papel y el cristal.

Pero todo eso ya es historia. Hoy el valle de Laciana amanece sin tiendas. La “visita” de los indignados quedará en la memoria de muchos vecinos del valle como una mera anécdota. Aunque ellos advierten: “Esta acampada ha servido para unirnos más que nunca y organizar el siguiente paso a senguir en el proyecto contra las minas a cielo abierto. Este ha sido sólo el principio”.