Paralizado el proyecto de mina de oro a cielo abierto en Corcoesto
El proyecto de explotación de oro en la comarca de Bergantiños (A Coruña) no cumplía las condiciones de solvencia técnica y financiera exigidas por la Xunta. Los colectivos de lucha contra la mina se muestran escépticos ante la paralización.
La Xunta de Galicia comunicó el pasado 15 de octubre a la empresa Mineira de Corcoesto, filial de la canadiense Edgewater, que su proyecto de explotación de oro en la comarca de Bergantiños no cumplía las condiciones de solvencia técnica y financiera que se habían exigido y, por tanto, se estaba ultimando una resolución administrativa que cancelaba definitivamente el proyecto. En la práctica, la decisión venía a ratificar la ya tomada en el mes de julio, cuando la empresa no fue capaz de reunir un monto equivalente al 25% de la inversión necesaria para el proyecto en concepto de fondos propios (una cantidad cercana a los 27 millones). La empresa Mineira de Corcoesto ya ha confirmado que seguirá trabajando en el proyecto de cara a cumplir los requisitos impuestos por la Xunta de Galicia.
La plataforma ciudadana Salvemos Cabana, que aglutina gran parte del rechazo social al proyecto, califica la paralización como “un triunfo de la sociedad civil, de la dignidad colectiva, pero sobre todo un triunfo de la razón y del sentido común frente a la irracionalidad de los mercados”.
Los colectivos y plataformas en lucha contra esta explotación consideran llamativo, sin embargo, que los motivos para su paralización hayan sido finalmente de carácter financiero, cuando era el impacto medioambiental el motivo que había provocado verdadero rechazo social, a pesar del cual la Xunta sí le había otorgado la declaración de impacto ambiental positiva al proyecto. Desde la plataforma ContraMINAcción (red contra la Minería Destructiva en Galicia) son escépticos ante la paralización y exigen que la Xunta de Galicia haga firme el rechazo al proyecto de manera completa: “Que sean anulados inmediatamente todos los documentos presentados por Edgewater, es decir, el plano de restauración, el estudio de impacto ambiental, así como la declaración de impacto ambiental favorable de la Consellería de Medio Ambiente y también los derechos mineros de la empresa sobre las concesiones relacionadas con este proyecto”. Guadalupe Rodríguez, del colectivo internacional Salva la Selva, integrante de ContraMINAcción, comenta que no descartan la posibilidad de que el anuncio de la paralización sea “una nueva estrategia de despiste por parte de la Xunta, bien para intentar calmar una vez más la oposición a los proyectos mineros o bien para mejorar las condiciones en las que pactaron el proyecto”, y anima a no bajar la guardia.
Desde la asociación medioambiental Petón do Lobo de Corcoesto se exige la elaboración de un informe determinante de la Consellería de Medio Rural e do Mar sobre la incompatibilidad de la actividad minera con valores forestales, ganaderos, agrícolas, apícolas y turísticos, valores que deben prevalecer sobre actividad extractiva a cielo abierto con carácter finito en el tiempo, que “impediría la presentación de un nuevo proyecto minero en un área caracterizada por la enome riqueza forestal y maderera, ganadera y agrícola”. Y éste es un riesgo del que advierten desde la plataformas contrarias a la mina y los colectivos ecologistas. “En realidad, la Xunta sólo le dice a las mineras que nuestro ambiente y nuestra salud se venden pero más caros”, explica la asociación ecologista ADEGA al diario Praza Pública.
El negocio de los derechos de explotación
En esta misma línea, Braulio Amaro, de la Plataforma por la Defensa de Corcoesto e Bergantiños, señalaba a Praza Pública que la empresa canadiense es, en realidad, una minera de pequeño tamaño, y que “en otras partes del mundo, pequeñas mineras acuden a preparar el terreno y, si le deniegan los permisos, recurren a grandes compañías con mayor solvencia”. Y aquí entraríamos en el terreno de la especulación con derechos de explotación. Las cantidades de oro extraíbles de la zona son tan pequeñas que no compensarían las ingentes cantidades de recursos materiales y financieros necesarios para su explotación.
¿Dónde reside el beneficio entonces? Como explica Isabel Vilalba, del Sindicato Labrego Galego y portavoz de ContraMINAcción, “en este momento, no se justifica que por unas cantidades realmente muy pequeñas de material se muevan más de 64.000 toneladas, se llegue a comprometer la economía de una zona donde el peso de la agricultura, la ganadería y la pesca generan mucha más riqueza y mucho más puestos de trabajo. Nos parece mucho más probable que detrás haya un proceso de especulación y de compra y mercadeo con derechos de explotación de unas mineras a otras”.
Jugar con la necesidad
Durante todo el proceso de lucha contra el proyecto minero, y al igual que en otros muchos casos similares, como puede ser el de las minas a cielo abierto de la comarca leonesa de Laciana, las cifras de creación de empleo se han utilizado como arma arrojadiza para el fomento de la confrontación social. Así lo denuncian desde ContraMINAcción, que califican de muy irresponsable “estar jugando con un drama social como es actualmente el desempleo y la necesidad de trabajo y de ingreso de las propias familias” y señalan que, aunque la división social no ha sido grande, pues el rechazo al proyecto por parte de la sociedad gallega ha sido masivo, sí se ha intentado fomentar desde sectores interesados. Gran parte de este rechazo fue aglutinado por la plataforma ciudadana contra la mina de oro de Corcoesto y la minería contaminante en Galiza Salvemos Cabana, que presentó ante la Consellería de Economía e Industria y ante el Parlamento Gallego más de 23.000 firmas contra el proyecto minero de Corcoesto. A esto se unió posteriormente la campaña ¡Salvemos Galicia de la megaminería! que llegó a recoger más de 240.000 firmas a través de internet.
Según explica el proyecto de la empresa, se crearían hasta 271 puestos de trabajo directos y 133 indirectos, aunque “ni siquiera se habla de si esos puestos de trabajo van a durar semanas, meses, o lo que van a durar”, denuncia Isabel Vilalba, y sitúa en cinco veces el número de empleos hoy existentes que se destruirían en agricultura, ganadería, pesca… si saliese adelante el proyecto minero. “Si lo que busca la Xunta es crear empleo en la zona, que ponga en marcha programas de desarrollo y de empleo sostenibles, y no comprometer el futuro definitivamente de esta comarca”.
Esperanzas para Salave
Desde la plataforma asturiana ORO NO, que agrupa a las organizaciones en lucha contra un proyecto de extracción de oro similar en la población de Salave por parte de la empresa Asturgold, se han hecho eco de la paralización del proyecto de Corcoesto y han exigido que la Administración del Principado tome ejemplo y también paralice la tramitación de este proyecto “por incumplir la normativa en materia de minería y por ser, al igual que el caso gallego, inviable financiera y técnicamente, como quedó patente tras denegárseles a comienzos de año los permisos para la planta de tratamiento, balsas de lodos y depósitos de estériles”.