De cómo la minería cambió Laciana

Víctor del Reguero publica su nuevo libro ‘Laciana. República, Guerra, Represión’ donde relata la llegada del carbón a la comarca y el cambio drástico que supuso.

Por lo que nos cuenta el autor, parece que algunas cosas no han cambiado mucho (bueno la actitud de los alcaldes “socialistas” sí que ha cambiado mucho):

“Tal vez sea revelador el hecho de que la semana siguiente al 14 de abril, después de tomar posesión los concejales y el alcalde republicano, se tomaran acuerdos denunciando las escombreras que se hacían sin control en los montes, lo sucias que bajaban las aguas de los ríos llenas de carbón… en suma, el poco cuidado que la empresa minera [la MSP] tenía”.

Y parece también que del Reguero tiene claro el problema de las cuencas mineras:

“Lo que debería hacerse no es reivindicar la existencia de la minería sino la obligación de la administración de solucionar un problema grave, el de las cuencas mineras, una de las más importantes es Laciana. Si la gente no se mentaliza de eso, y de que hay que exigírselo a la administración a todos los niveles, Laciana va a vivir un drama mucho más duro del que ya está viviendo en estos momentos”

A continuación, la noticia íntegra:

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Con la minería, Laciana ‘explotó’  

Víctor del Reguero publica su nuevo libro ‘Laciana. República, Guerra, Represión’ donde relata la llegada del carbón a la comarca y el cambio drástico que supuso
L. Bueno       18/12/2011
A partir del año 1918, Laciana sufrió un cambió drástico. La minería se abrió paso en la zona y con ello, la comarca comenzó una apertura al mundo con nuevas comunicaciones e industrialización de la zona. “Los modos de vida, las costumbres, las relaciones sociales, las familias, las casas o el modelo socioeconómico de Laciana, sufrieron un cambio con la llegada de la minería”, explica el escritor leonés Victor del Reguero que acaba de publicar su nuevo libro ‘Laciana. República, Guerra, Represión’, un retrato pormenorizado de lo sucedido en los años de la Segunda República, la Guerra Civil y la posguerra en esta comarca de León.Una obra que aunque Del Reguero escribió en el último año, ha requerido años de trabajo, investigación y recopilación de documentos de la época. “Siempre me interesó la República y la Guerra Civil a nivel general y, en particular, en Laciana”, señala el autor.La minería en la comarca cobra gran importancia en este libro, ya que la zona vivió una época de gran crecimiento, “por la afluencia masiva de mineros y sus familias a partir de 1918”.

Representación de los mineros

“Antes de 1931 los mineros nunca tuvieron voto ni voz en el ayuntamiento de Villablino. Lógicamente en ese año, con la República, los socialistas pudieron acceder a las corporaciones y en Villablino todos o casi todos los concejales socialistas eran mineros. Entre republicanos y socialistas tenían mayoría y nombraron a un alcalde republicano”, relata Del Reguero.

Aunque, antes de ese momento, el ayuntamiento estaba controlado por la Minero Siderúrgica de Ponferrada. “Tal vez sea revelador el hecho de que la semana siguiente al 14 de abril, después de tomar posesión los concejales y el alcalde republicano, se tomaran acuerdos denunciando las escombreras que se hacían sin control en los montes, lo sucias que bajaban las aguas de los ríos llenas de carbón… en suma, el poco cuidado que la empresa minera tenía”.

Del Reguero considera que “quien lea el libro de la primera a la última página se quedará tal vez con la sensación de que es toda una afrenta a la MSP, pero lo que he hecho ha sido contar lo que podía contarse, esto es, lo que está en los documentos y puede probarse”.

Una comarca, que a partir de ese momento, quedo relacionada de por vida con la minería y según refleja Del Reguero, la implantación del sector supuso la llegada de la masa obrera, la sindicación de los mineros, el crecimiento de los pueblos y las posibilidades laborales para los habitantes de Laciana.

Misiones pedagógicas en el municipio de Villablino.

En cuanto al momento que vive el sector del carbón en la zona, Del Reguero afirma que “la gente hoy tiene que mentalizarse de que se ha acabado, lo que queda es residual y no precisamente en Laciana, donde ya sólo queda una pequeña mina de interior funcionando. Lo que debería hacerse no es reivindicar la existencia de la minería sino la obligación de la administración de solucionar un problema grave, el de las cuencas mineras, una de las más importantes es Laciana. Si la gente no se mentaliza de eso, y de que hay que exigírselo a la administración a todos los niveles, Laciana va a vivir un drama mucho más duro del que ya está viviendo en estos momentos”.

Felipa Valero Piñero

Pero no solo la minería es uno de los temas en los que profundiza Del Reguero en ‘Laciana. República, Guerra, Represión’, ya que otro de los capítulos que mayor importancia tienen en esta obra es la historia de Felipa Valero, una de las primeras concejalas de León y de España cuando en 1925 entró a formar parte de la corporación municipal.

“Tenía casi cuarenta años, su madre había maestra y ella tenía una preparación, como otras muchas personas de Laciana, debida a la existencia de la Escuela de Sierra Pambley y lo que significó para el valle”, explica el autor que considera “un dato suficientemente revelador” el hecho de que en Laciana, en 1900, no había una sola persona que no supiera leer y escribir, gracias a la labor de la escuela.

La Escuela Sierra Pambley llevaba 50 años funcionando en 1936 aunque no llegó a celebrar su medio siglo porque estalló la guerra. Una escuela que durante los años de la República contó con excepcionales profesores, como Constantino Álvarez o Juan Bautista Rodríguez Calleja, que hicieron proyecciones de cine, crearon una biblioteca circulante… llevaron la cultura al pueblo. “No fueron fusilados puede decirse que de milagro, pero sí fueron cesados, depurados que se decía entonces, y a pesar de su reconocida profesionalidad y prestigio como docentes, nunca pudieron volver a trabajar en las aulas”.

Revolución de 1934

La revolución de 1934, que tuvo gran incidencia en la zona, es otro de los capítulos destacados de libro puesto que “afecto machismo a la zona”. “A menudo hemos oído que la revolución tuvo verdadera incidencia en Asturias y en León apenas se dejó notar. Es cierto que en la ciudad no pasó prácticamente nada pero en las cuencas, como Laciana, se vivió una semana en poder de los revolucionarios y lógicamente luego hubo consecuencias”.

Una revolución de quejó como consecuencias más de doscientos mineros. Luego a algunos los fueron soltando y al final se llegó a un proceso judicial militar, en el que se pedían algunas condenas a muerte, con unos 35 presos. “Estuvieron año y medio encarcelados y al final ni fueron condenados porque al llegar en febrero de 1936 el Frente Popular al gobierno, se concedió amnistía a todos los presos políticos”, explica el escritor leonés.

Imagen de varios soldados en Villablino tras la revolución de 1934.

Guerra Civil

Al estallar la guerra y llegar a los pocos días las tropas sublevadas a Laciana, la mayor parte de los mineros y otras personas huyeron a Asturias. Entre septiembre y octubre se formó un batallón republicano en los montes de Somiedo que estuvo formado por mineros de Fabero y de Laciana. “En octubre de 1936, -continua Del Reguero-,   tuvo lugar el “copo” de Somiedo, sobre el que el franquismo creó un auténtico mito. Los sublevados asesinaron con saña a dos milicianos republicanos y éstos, en venganza, ejecutaron a los mandos que los otros tenían allí, y a tres jóvenes de Astorga que estaban allí, según se dice, en calidad de enfermeras”.

Aunque, el escritor matiza que “no hay una sola prueba de que fueran enfermeras y cuesta creerlo. La realidad es que las enfermeras fueron denominadas “mártires de Somiedo”, se les enterró en la Catedral de Astorga, tienen una calle en Astorga y otra en León, algunos libros escritos en homenaje, ahora se pide su beatificación… y los republicanos, pues el olvido más absoluto, cuando no la calumnia, que en este caso del “copo” fue norma común”.

Dictadura franquista

Cuando la dictadura franquista se instaló en el país, en Laciana ocurrió lo que “en todas partes. Silencio y aprobación a todo lo que se hacía”. Los primeros años del franquismo estuvieron marcados por la necesidad de mineros, porque a unos cuantos los habían matado y casi el resto estaban en la cárcel. Luego fueron saliendo de la cárcel y volvieron a trabajar.

“Se llegó a crear un batallón de presos en Orallo, al que iban los mineros a trabajar estando presos, es decir, seguían cumpliendo condena. No cobraban su sueldo, lo cobraba el Estado, y a cambio ellos redimían pena. Aparte de eso, pues estaban las viudas, los huérfanos…”, comenta Del Reguero.

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