La victoria indígena frente a un gigante minero en India y la nueva amenaza.
Se llaman a sí mismos “jharnia”, que significa “protector de los arroyos”, porque protegen sus montañas sagradas y los ríos dadores de vida que surgen en sus densos bosques.
Los dongrias han vivido en Niyamgiri durante miles de años y su modo de vida y religión han ayudado a cuidar los densos bosques de la zona con una fauna y flora inusualmente ricas. Para los dongrias, la colina de Niyam Dongar es el hogar de su dios Niyam Raja. “Somos gente de las montañas. Si nos vamos a cualquier otro lugar, moriremos. Vivimos para nuestra Niyamgiri”, dicen de sí mismos los dongrias.
Pero para la empresa británica Vedanta Resources Niyamgiri es solo un depósito de bauxita, el mineral del que se obtiene el aluminio, valorado en más de mil millones de dólares. Vedanta pretende abrir en Niyamgiri una mina a cielo abierto que destruiría los bosques, alteraría los ríos y supondría el final de los dongria kondhs como pueblo indígena.
“Vedanta ha venido aquí para destruir a los dongrias. No tienen ningún derecho a tocar nuestras montañas. No vamos a permitirlo, aunque nos cueste la cabeza”, decía Rajendra Vadaka, un hombre dongria. Ya antes de obtener la autorización legal para la mina, Vedanta, que cotiza entre los principales valores de la bolsa de Londres, había construido una refinería de bauxita cerca de la montaña de los dongrias.
La factoría destruyó campos y bosques. Más de un centenar de familias perdieron sus hogares, incluidas familias majhi kondhs que también veneran a Niyamgiri. Las personas que fueron expulsadas de sus casas a causa de la refinería fueron intimidados con amenazas.
Perdieron tanto su tierra como sus medios de subsistencia y padecen problemas de salud causados por la contaminación que genera la refinería. El comité de control de contaminación del Gobierno de Orissa declaró que las emisiones químicas de la refinería de Vedanta Resources eran “alarmantes” y “continuas”.
En agosto de 2010 la campaña de Survival y la lucha de los dongrias lograron una impresionante victoria de David contra Goliat: en lo que supuso una decisión extraordinaria, el ministro de Medio Ambiente de la India, Jairam Ramesh, bloqueó el proyecto de Vedanta para construir la mina de bauxita en las colinas sagradas de los dongria kondhs.
Los 8.000 miembros de este pueblo indígena organizaron numerosas manifestaciones para protestar contra los planes de Vedanta. También bloquearon carreteras formando cadenas humanas. En una atmósfera de creciente violencia, dos de sus líderes fueron secuestrados y apaleados antes de ser puestos en libertad, y los dongrias prendieron fuego a un jeep de Vedanta que había entrado en la meseta sagrada.
“Estamos ante una victoria que nadie hubiera creído posible. La campaña de los dongrias era la prueba de fuego para demostrar si un pueblo indígena pequeño y marginado podía enfrentarse a una masiva empresa multinacional con un ejército de relaciones públicas y grupos de presión y, además, el favor del Gobierno. De manera increíble, han triunfado el coraje y la tenacidad de los dongrias”, decía la investigadora de Survival Jo Woodman tras conocer la noticia.
Sin embargo, casi dos años después de esta histórica victoria, la supervivencia de los dongrias vuelve a estar amenazada: está previsto que la segunda semana de abril el Tribunal Supremo de la India decida si invalida o no la decisión adoptada por el ministro de Medio Ambiente. Parece que Vedanta no se rinde. Pero los dongria khonds siguen decididos a proteger su montaña sagrada.