‘Vitorino’ o el imperio del carbón que no surgió de una moto

Diario de Leon 3/03/2013

EL PRESIDENTE DE CARBUNIÓN, VICTORINO ALONSO, SE ACERCA A LOS ENCADENADOS PARA EXPLICARLES LO SUCEDIDO DURANTE LA REUNIÓN «Victorino Alonso no sabe negociar porque está acostumbrado a hacer lo que le da la gana». José Manuel Rodríguez Jabares, de La Pola de Gordón, era secretario regional de Minería de Comisiones Obreras en 1988, durante el encierro de ocho mineros de Carbonia y Antracitas de Busdongo.

El dueño de las minas era Victorino Alonso Suárez, pero el que negociaba era su hijo, Victorino Alonso García, ingeniero de Minas por la Universidad de Oviedo. Meses antes, se había presentado como nuevo propietario de la mina Victoriano González, en Santa Cruz del Sil, el Bierzo, en compañía de Manuel Lamelas Viloria. Acababa de tomar las riendas de las empresas familiares y dejó claro que iba a imponer su ley: Mano de hierro.

Le perseguía la fama de pistolero. Un día los 160 mineros se encerraron en el pozo y retuvieron con ellos a uno de sus ingenieros. Fue un largo y duro día. Pero nada cambió. Antracitas de Gaiztarro, Antracitas de Fabero… todo el carbón de la cuenca Fabero-Sil fue a parar al imperio de Vitorino. Metió en cintura a los sindicatos y la tijera a las plantillas.

Nacido en La Vid de Gordón hace 59 años, el imperio que forjó en los últimos 20 años comprando minas en crisis, subido al carro de las subvenciones del carbón y al negocio de las importaciones, es un conglomerado empresarial autosuficiente: extrae carbón, desarrolla maquinaria para minería y obras públicas (Macneny, Promining y Mackina Westfalia) y también hizo incursiones en la construcción.

La adjudicación de la MSP (Minero Siderúrgica de Ponferrada) le convirtió en el magnate del carbón. La empresa estaba en quiebra técnica y fue intervenida por Caja España, siendo presidente el socialista Ángel Villalba. Había casi 3.000 puestos de trabajo en juego.

Victorino Alonso entrando en el Ministerio de Industria.

Victorino Alonso se llevó el gato al agua, frente a Lamelas Viloria, pese a ser insolvente según cuatro juzgados y asegurar ante un juez que su único patrimonio era una moto y que vivía de las propinas de su padre. Mintió. La Audiencia de León le condenó a un mes y un día de arresto por no pagar la pensión de alimentos a las dos hijas de su primer matrimonio, siendo ya presidente de la MSP.

Dos años después, en 1996, la Policía Judicial cifró el patrimonio de Geva (Grupo de Empresas Victorino Alonso) en más de 13 millones de euros (20.000 millones de pesetas). Un juez con intereses en el sector minero le perseguía por presunto alzamiento de bienes.

Por entonces, Unión Fenosa le denuncia por un fraude de carbón en la térmica de La Robla que resultó no ser presunto. En 2010 tuvo que indemnizar a Unión Fenosa con 14 millones de euros por la venta de mineral de baja calidad a la compañía eléctrica.

Como los grandes capos —en Laciana mucha gente le llama Don Vito Carbone— tiene una condena por fraude fiscal por la compra de maquinaria rusa y ucraniana a sus empresas Norfesa y Obricosa a precios inferiores a los que declaró. Lo saldó pactando una multa de 201.901 euros en el 2010.

Sin embargo, Victorino Alonso bajó a la mina a los parlamentarios del PP por León y a Juan Vicente Herrera, le dio la mano a Zapatero, siendo presidente cuando presentó la Ciuden en Ponferrada y a la alcaldesa de Villablino, Ana Luisa Durán, en el 2005, muy sonriente, al firmar el convenio de cielos abiertos.

Quien presidió Carbunión entre el 2006 y el 2012 es dueño de las concesiones más grandes de carbón de España —sólo en Fabero hay más de 20 millones de toneladas de carbón para explotar en subterráneo— y ha invertido 41 millones en la mayor mina de interior del país, Cerredo (Asturias). Dicen que ahora mira más allá del Atlántico.